Paciente de 24 años, neurótica,que impacta con su cuerpo que no habla,con escasos recursos para pensar y simbolizar.A los 8 años de análisis,en un vínculo de pareja fusional,eclosionan sus defensas narcisistas más primarias,con pasaje al acto y riesgo vital. Continuamos con un cambio de encuadre,que permite revertir su situación de vida.

La intensidad de las cosas, las imágenes y el sonido pareciera que van en aumento. Como influye-invade nuestro trabajo en la clínica este mundo intensamente "sensorializado"?.¿Cómo pensar por un lado que ocurre en los pacientes , y por otro con nosotros mismos con esta realidad actual ? El espacio terapéutico como un lugar para transmitir percepciones-emociones asi como tener percepciones emociones y como transformarlas en pensamientos. Cómo incluir estos otros aspectos en nuestro trabajo analítico ? El artista, el pintor, el músico dan cuenta en su obra de estos otros registros. Se torna difícil para el paciente verbalizar sensaciones que lo habitan, que busca o que rechaza, así como para el terapeuta poder incluirlas o comprenderlas.

En su conocido trabajo sobre el rol de espejo de la madre en el desarrollo del niño, Winnicott nos dice que al mirar el rostro de su madre, el bebé se ve a sí sismo. Gergely y Watson describen qué características de ese intercambio entre el bebé y el adulto le permiten al bebé ir conociendo sus contenidos mentales, así como los del adulto, los emocionales en primer lugar. En este trabajo me planteo agregar a esas ideas el papel que pueden cumplir en este desarrollo del conocimiento del mundo interno del bebé y de su cuidador las emociones básicas descritas por Eckman y las neuronas espejo descritas por Gallesse y sus colaboradores en la Universidad de Parma.